Santo Domingo.- El desastre invadió la República Dominicana cuando el pasado 28 de octubre sentimos la presencia de fuertes vientos y lluvias. Desde tempranas horas de la tarde comenzamos a apreciar algo semejante a un huracán, era la tormenta tropical llamada Noel que tocó la Hispaniola sin que ninguna autoridad pertinente avisara del tal fenómeno a la ciudadanía.
El anómalo meteorológico arrasó con el país, dejando hasta el momento, y mal contados, 85 muertos, 43 desaparecidos, miles de casas destruidas y cientos de carreteras arruinadas resignando a varias comunidades que se han quedado incomunicadas e inaccesibles por vía terrestre.
La región del Sur, el Bajo Yuna y Villa Altagracia fueron las zonas más afectadas por Noel, dejando a varias familias destruidas e inconsolables por la pérdida de sus familiares.
El pasado domingo 4 de noviembre se realizó una homilía en la Catedral Primada de América en recordación a las victimas de Noel. La misa sirvió de escenario para que el Cardenal López Rodríguez pidiera una nación más justa de la que tenemos hoy día, pareciendo no estar muy conforme con la situación actual: el desbalance económico entre la población dominicana, es decir, la brecha entre ricos y pobres.
A la salida de la misa, engalanada por el Presidente Fernández, que tras una semana visitando los refugios, anunció una segunda etapa en la gestión de ayudas para los afectados, la etapa consiste en la reconstrucción nacional.
El Jefe de Estado se reunió con el equipo de Gobierno y las instituciones que conforman el Centro de Operaciones de Emergencias para que los funcionarios le entreguen los resultados finales de la evaluación de los daños causados por el fenómeno hidrometeorológico. A partir de esta evaluación se pondrá en marcha una estrategia de Gobierno que permita orientar a las autoridades hacia un proceso de recuperación.
No obstante, el Presidente no se tornó ajeno a la situación que atraviesan las familias que viven a orillas de los ríos, aseverando que tomará medidas drásticas con aquellas personas que insisten en vivir en esas zonas peligrosas. Además sostuvo que el estado tendrá que ser firme y riguroso en esa nueva medida, porque es para el bien de esas personas, y no por tratarse de una persecución en su contra.
El anómalo meteorológico arrasó con el país, dejando hasta el momento, y mal contados, 85 muertos, 43 desaparecidos, miles de casas destruidas y cientos de carreteras arruinadas resignando a varias comunidades que se han quedado incomunicadas e inaccesibles por vía terrestre.
La región del Sur, el Bajo Yuna y Villa Altagracia fueron las zonas más afectadas por Noel, dejando a varias familias destruidas e inconsolables por la pérdida de sus familiares.
El pasado domingo 4 de noviembre se realizó una homilía en la Catedral Primada de América en recordación a las victimas de Noel. La misa sirvió de escenario para que el Cardenal López Rodríguez pidiera una nación más justa de la que tenemos hoy día, pareciendo no estar muy conforme con la situación actual: el desbalance económico entre la población dominicana, es decir, la brecha entre ricos y pobres.
A la salida de la misa, engalanada por el Presidente Fernández, que tras una semana visitando los refugios, anunció una segunda etapa en la gestión de ayudas para los afectados, la etapa consiste en la reconstrucción nacional.
El Jefe de Estado se reunió con el equipo de Gobierno y las instituciones que conforman el Centro de Operaciones de Emergencias para que los funcionarios le entreguen los resultados finales de la evaluación de los daños causados por el fenómeno hidrometeorológico. A partir de esta evaluación se pondrá en marcha una estrategia de Gobierno que permita orientar a las autoridades hacia un proceso de recuperación.
No obstante, el Presidente no se tornó ajeno a la situación que atraviesan las familias que viven a orillas de los ríos, aseverando que tomará medidas drásticas con aquellas personas que insisten en vivir en esas zonas peligrosas. Además sostuvo que el estado tendrá que ser firme y riguroso en esa nueva medida, porque es para el bien de esas personas, y no por tratarse de una persecución en su contra.
En mi humilde opinión creo que esa medida debió ser tomada desde mucho antes, pero también se debe militarizar esas zonas para impedir que esas personas se alojen ahí. Tambin creo que meteorologia debe ser clausurada por incumplir en la proteccion a la ciudadania, porque al parecer estamos acostumbrados a no avisar, y que nos lleve quien nos trajo cuando entran unos de esos fenomenos, sino vean mi articulo Mr. Dean.
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