Santo Domingo.- Además de ser la “Ciudad del Mango”, a Baní se le conoce por ser un pueblo con bellas playas, con abundante arena, limpio, bonito, de tierras fértiles, con gente emprendedora y claro, hermosas. Baní es la capital de la provincia Peravia de la República Dominicana. Limita al norte con San José de Ocoa, al sur con el Mar Caribe, al este con San Cristobal y al oeste con Azua. Este mini-paraíso está listo para tu visita.
Esta vez nos trasladamos a un pueblo de Baní, Palmar de Ocoa está a 36 Kilómetros de la ciudad de Baní. Desde que sales de la ciudad con planes de llegar a Ocoa, las cosas empiezan a pintar lo mejor, obviando el tramo de la carretera entre la 6 de noviembre y Baní, que es de lo mas estresante, pero no importa, la necesidad de estar en ese lugar es increíble, comes ansias mientras las ruedas dan vueltas, a veces esquivando hoyos, a veces esquivando animalitos. Un pueblo de pescadores y agricultores, que con sus fuentes de empleo y sustento, intentan proveer al que está y al que llega sus mejores productos.
¿Y que decir de sus playas?, las playas de arenas blancas, representantes fieles de la belleza de la costa Este del país, las playas de Ocoa poseen un encanto diferente, místico, paradisíaco. Un mar azul que se degrada hasta el horizonte y se pierde en las montañas de Barahona. En ciertas ocasiones parece un manto de plata y nos recuerda el brillo de un diamante. Hay días cuando toma la tranquilidad necesaria para acunar un bebé, mientras que en otras ofrece un oleaje violento, pero solo en alta mar. Y si tienes suerte, puedes toparte con algunos delfines, quienes al toparse contigo, juguetearán amistosamente hasta el cansancio.
Entrando a la playa Palmar de Ocoa, al sur oeste de la isla, impasible, preciosa, nos encontramos con el comedor Manita, su propietaria Altagracia Cruz (Manita), vende todo tipo de comidas y bebidas, ésta tiene 29 años viviendo en el lugar y un año con el negocio del comedor. Manita, comenta que no le ha ido bien en las ventas, sólo pica algunas cosas; los compueblanos y capitaleños son los que más asisten al comedor.
Los extranjeros son escasos en la zona. Los más adinerados son los que más visitan a esta playa, ya que tienen sus villas a la orilla del mar. “Tú vienes a la playa y todo el mundo te protege, desde el que se la busca hasta el que trabaja aquí en playa. Lo único que yo cambiaría de mi pueblito son las calles, las pusiera bien bonitas, el puente de Baní lo terminara y, canalizara el río Ocoa porque cuando llueve tenemos que salir huyendo de nuestras casas por el desbordamiento del río”. Así sostuvo la señora Manita.
“Baní presenta muchos problemas, porque los síndicos le dejan todo el trabajo a los representantes de las juntas municipales de los distritos, pero entre ellos yo veo que han funcionado muy pocos; porque yo fuí síndico en el periodo 98-2002 del municipio de Sabana Buey, y creo que hice un buen trabajo, no lo mejor, pero un buen trabajo porque me dediqué hacer obras. Y los síndicos de ahora no se han dedicado a hacer lo que verdaderamente el pueblo necesita, aunque tengo que decir que ahora hay un muchacho nuevo, que le van a dar la sindicatura en esta semana, se llama Andy Méndez, el cual tiene muy buenas intenciones para con la provincia.” Agregó Luis Evangelista Soto.
La altura máxima de las dunas alcanza 35 metros y se calcula, en forma conservadora, que existen 117.4 millones de metros cúbicos de finas arenas azules en esta área natural protegida, que presenta una gran belleza que no tiene paralelo en ninguna otra región de la isla y, quizás, del Caribe insular, comprendiendo en su totalidad un ecosistema de características muy especiales cuya conservación es de importancia prioritaria.