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Un Casandra para el mundo casi me saca la baba del sueño, si no son por las intervenciones de Lumy Lizardo y Luisito Martí. Me gustó el homenaje, bien merecido, al comediante Milton Peláez.
Pienso que si vamos a imitar las ceremonias de premios internacionales, deberíamos imitarlas mejor. Porque si se trata de imitar, es la peor imitación. La peor alfombra dorada de todos los tiempos, a los presentadores de la alfombra los sacaron del aire cuando no se habían terminado de despedir. Para mi eso fue un toyo.
Si el objetivo del Casandra era de sonar en canales internacionales, cumplió con su cometido, sonamos. Nos vieron por que Charityn Goico ganó el soberano (hay mejores candidatos y con más trascendencia que la póstuma ganadora, que se lo merecían más que ella), porque fué Paulina Rubio y otros artistas internacionales. Y es que ya voy comprendiendo el asunto. Le dan un “presente” o sea Casandra a los artistas internacionales invitados para proyectar los dominicanos premios. Muy sabio recurso.
“Otra vez la misma vaina”, así lo dijo Cholo Brenes al referirse a los Casandra. Y yo le corroboro. Ya deberíamos dejar de ser lambones. En los Oscar, Grammy’s, Nuestro, entre otros, no ponen a un viejo canoso representante de la cervecería a dar el mismo discurso todos los años, discurso que nadie oye. Eso ya hace raaaato deberíamos omitirlo y dar un buen show con un buen opening, como lo hacen los otros premios.
Lamentablemente los Casandra son una mala imitación de los premios Lo Nuestro o Los Grammy’s. He visto mejores Casandras en años anteriores.
FALTA DE CULTURA TEATRAL
Este martes me dirigí a la Facultad de Artes de la UASD, solo con el objetivo de resguardarme de la lluvia. Después de unos cuantos minutos, dentro de la facultad, dirijo mi mirada a la segunda planta en donde estaba colgado un anuncio que decía “Marzo Teatral”. Lunes, martes y jueves a las siete de las noche se estarán presentando en todo el mes de marzo obras teatrales.
Como no tenía nada que hacer, le dije a mi acompañante que fuéramos al teatro, que queda en la segunda planta de la mencionada facultad, a ver una obra que precisamente se iba a presentar. Después de una larga espera, mucha gente y un calor sofocante, decidieron abrir las puertas del teatro, y los estudiantes a empujones limpios entraron desesperados al interior del mismo.
Ya sentados esperando que comenzara la función, los estudiantes universitarios, que parecían niños de cinco años no dejaban de hacer bulla, ruido que continuó en todo el resto de la función. ¡Que vergüenza, que piqueeee! Sentí en aquel momento, en donde la desesperación me invadía y mi cerebro se explotaba. No lo podía creer, que a estas alturas los estudiantes asumieran ese comportamiento, y en ese mismo instante escuché una voz masculina que me decía: Indhira, cálmate que esto no es el Teatro Nacional y concéntrate en el monólogo “Las Viajeras”. Me calmé un poco, pero todavía seguía la vergüenza en mí.
Señores, cómo es posible que todavía no nos sepamos comportar dentro de un teatro, que les faltemos al respeto a los actores, que todavía, siendo grandecitos, nos manden a callar en una intervención actoral. Que rabia me dio cuando escuchaba a los estudiantes, que en su mayoría estudian artes, faltándole al respeto a la actriz.
Pero me di cuenta de que todavía no sabemos de cultura, de teatro y mucho menos de modales. Nos falta mucho camino cultural por labrar. Es lamentable de que solo en el Teatro Nacional, los que gustamos y practicamos este arte, nos sintamos respetados.
A parte de la molestia bulla, carcajadas cuando no eran necesarias y la mala educación de estudiantes de la UASD y visitantes de otras universidades, me gustó mucho el monólogo “Las Viajeras” en donde se trata un tema de mucha importancia, “La prostitución de mujeres dominicanas en el extranjero”. Un buen monólogo, para tan mal público.
$$ QUIERO SER REINA $$
¿Negocio o Fraude? Eso es lo que algunos nos preguntamos al ver un certamen de “belleza”. Realmente me he puesto a analizar, después de ver algunas noticias, de que los concursos son un gran y acaudalado negocio.
No cualquiera entra a un concurso de belleza, ¡¡no no no!! Para comenzar, las chicas deben tener una familia con una buena cuenta bancaria, además de un buen patrocinador (empresa o viejo verde) que le ayudaran a costear el “concurso” y los voluptuosos detalles plásticos o de silicona que le garantizaran una mejor posición dentro del certamen. Y eso que no contamos con el dinero extra que se pasará por debajo de la mesa para asegurar la preciada corona y el distintivo de “la reina del pueblo”.
Lo cierto es que estos concursos no salen de los escándalos. Algunas chicas por ganar y llamar la atención hacen y deshacen. Me acuerdo, no hace mucho, cuando era pequeña, que en uno de esos certámenes una de las chicas que desfilaba en traje de baño enseñó sus grandes pechonalidades. Otras han enseñado sus partes más íntimas, error o no, se vio una gran cantidad de selva amazónica que salía de entre el vestido de gala que modelaba una de las concursantes en el año 2003. Estas son algunas de las demostraciones visibles de desesperación o de poca precaución que han tenido algunas concursantes. Pero ¿a que otras “cositas” recurren algunas concursantes para ganar? Eso se los dejo a la imaginación.
Pero lo más chulo es que después de la victoria de Amelia Vega casi todas se han propuesto a imitar a la que es la primera Miss Universo Dominicana mundialmente, no obstante los jurados buscan también una nueva Amelia, o quizás su clon. Pero mientras el hacha va y viene, muchas chicas soñaran y gastaran.
Estos concursos son utilizados por algunas de las participantes como un trampolín para posicionarse en los medios de comunicación y para otras, conseguir su futuro viejo verde, perdón, su futuro esposo empresario, militar y/o funcionario del estado.
Al final de muchas risas falsas, lágrimas de cocodrilo y muchos millones gastados, solo una se lleva para su casa la tan preciada tiara, que ya hace dos semanas sabía que iba a ganar. Mientras tanto, otras se quedan con las lágrimas en los ojos, la bulimia avanzada y la preocupación de la gran deuda bancaria.
Estas son victimas del grado de violencia en mi país, Santo Domingo, que lamentablemente está creando una ola de inseguridad. yo no creo en la violencia, pero pienso que se deben castigar a los delicuentes que han convertido a mi país en un campo de batalla, lleno de terrorismo. Estas mujeres se dirijian a su trabajo en un autobus cuando se le arrojó una bomba casera al mismo, en medio de una huelga choferil el pasado lunes 12 de marzo, ocasionando fuertes quemaduras en el rostro y el cuerpo.
Creo que mientras la justicia dominicana tenga manos flojas con la delincuencia, mi país seguirá en retroceso. Los Derechos Humanos solo aparecen cuando se quiere quitar del medio a los delicuentes, pero no aparecen para consolar a una familia cuando ha perdido a un futuro abogado, cuando han violado a un@ niñ@ y para consolar a una persona traumatizada por un atraco. NO ES JUSTO, LOS AGREDIDOS TAMBIEN TENEMOS DERECHOS!!!