UNA VEZ MAS... LA CORRUPCION GANA LA BATALLA

Santo Domingo.- Como era de esperarse, ocho de los nueve miembros de la Cámara de Cuentas renunciaron a sus cargos para evadir un juicio político al que era sometidos por la Cámara de Diputados y el Senado. El único "valiente" que se quedó fue destituido de su cargo, como también se esperaba.

Ante este hecho, que considero gravísimo, no me puedo contener y ni quedarme ciega, sorda y muda, ante tan atroz noticia. Lo primero es que mi indignación es aún más grande, porque me doy cuenta una vez más, de que en la justicia de este país no se puede creer; porque cómo es posible de que en pleno juicio político, ya fijando el veredicto, la Cámara de Senado aceptara la renuncia de los miembros de la CC que quedaban y estaban siendo sometidos.

Segundo, para que tanto Show, tanto bla bla bla, si como quiera la justicia no hizo nada. Tanto los Diputados como los Senadores mantuvieron en ascuas a la población, para el final quedar en un contubernio y complicidad con los acusados para favorecerlos. Por qué tanta corrupción.

Mi rabia reside en el DINERO. Si muchos de los pobres que robaron para comer, aunque no se justifica, le dictaron medidas de coerción por robarse un pollo o un salami, porque a un rico, funcionario, empresario o militar no puede merecer igual o más trato judicial si ha robado más que el pobre. Esas son de las cosas que desesperan a la población, al ver una justicia y gobierno infuncionales, que le gusta más favorecer a los pudientes, porque pueden con todas sus fuerza$$$ salir de sus delitos.

Realmente la población esperaba más de los senadores, para empezar no aceptar la renuncia en medio de un juicio final de los protagonistas de una de las novelas corrupción llamada Cámara de Cuentas, y para finalizar dictarles medidas de coerción a los corruptores, que nos roban el dinero que pagamos en impuestos, bastantes caros por cierto.

Una vez más, los corruptos y adinerados ganan la batalla. Que lamentable. Dominicanos y Dominicanas lamentamos nuestro caso, como dijera una profesora de literatura en mis tiempos de colegio.