San Cristóbal.- Una niña de cinco años murió de un disparo en su propia casa, en un confuso incidente en la comunidad El Ramón de San Cristóbal.Iluminada Puello, madre de la victima, hoy se autoconsuela de la perdida de su cuarta y única hija, al ver los recuerdos de Sandra guardados en un albúm, y con la mirada perdida en el espacio, cuenta lo poco que sabe del confuso incidente ocurrido el pasado viernes.
"Eran las 9:00 de la mañana, cuando escuchamos el disparo, mientras hacíamos el desayuno. Toda la familia corrió a ver lo que sucedía, y ví mi niña cuando sangraba en el suelo... Sólo sé eso", así me lo explicó Iluminada, quien no demuestra mucho su dolor.
El disparo que le quitó la vida a la menor al penetrarle en el pecho de manera accidental, también hirió a una prima de la victima, cuando ambas jugaban encima de la cama, que tenía entre los colchones el arma criminal de un tío que pertenece al Ejercito Nacional, quien ahora se encuentra detenido para, según la policía, fines de investigación.
Cirilo Gorje de los Santos, padre de la menor muerta, asegura que se siente muy mal ante la perdida de su cuarta hija, la única hembra de la familia, pero afirma que su primo, quien ahora está detenido no tiene la culpa de lo que pasó, por que al momento de lo ocurrido los dos se encontraban trabajando.
El padre cuenta el drama que vivió aquel día, cuando lo llamaron en la mañana y tuvo que correr a su hogar-que queda muy retirado del pueblo- y llevarse a su hija sangrando en manos corriendo, luego montarse en un motor con la niña para despues buscar un automovil que lo llevara hasta el hospital del pueblo.
"No le puedo echar la culpa a los niños, porque ellos no tienen la culpa, sólo jugaban. No sé si fue el colchón que hizo que se disparara la pistola, no se sabe lo que pasó. Yo sólo quiero que la policía libere a mi primo, porque él no hizo nada". Así dijo Gorje de los Santos, padre de Sandra Gorje.
Cabizbaja Iluminada Puello se resigna ante la perdida, que autodenominó como endemoniada, ya que según ella, como no había nadie en el momento del hecho, la única persona que hizo disparar la pistola fué el diablo. Sostiene que sólo Dios sabe lo que pasó en ese momento.
La humilde familia, que vive de trabajos informales le pide a las autoridades que liberen al dueño del arma y tío de la victima, ya que según ellos él no tiene la culpa de lo que ocurrió, porque todo fue por un disparo accidental.
La niña murió cuando era sometida a una operación para sacarle la bala alojada en su pecho.
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